Los buenos propósitos de la vuelta al cole

Los buenos propósitos de la vuelta al cole

Septiembre suele ser un mes, al igual que enero, de buenos propósitos. Las vacaciones sirven para desconectar, pero el tiempo libre ayuda a recapitular y a realizar un balance de la primera mitad del año, además de marcar los objetivos de los próximos meses.

Aunque, a veces, nos quedamos en eso: en una reflexión o en un deseo. Cuántos buenos propósitos nunca se materializan cuando la realidad del día a día nos desborda como un río furioso tras una tormenta. Para algunos basta abrir el armario y ver cómo el paso del tiempo sigue acartonando esas zapatillas que compramos para correr.

Sin embargo —y en esto se reconocerán padres y madres, también las Castañeda— todos los años repetimos en septiembre la misma charla  con nuestros hijos: “Tienes que organizarte el curso”. La planificación, de la que ya hablamos en la entrada del blog en enero Cuestión de tranquilidad: por qué planificar es clave en la vida, claramente, es uno de los mejores proyectos que podemos aplicar en nuestra vida: en el colegio, la universidad, las labores domésticas, el deporte o el trabajo. Con el patrimonio ocurre lo mismo.

A riesgo de caer en una generalización, todo el mundo suele mirar con asiduidad los movimientos bancarios. Y es lo correcto, teniendo en cuenta los gastos que uno tiene que afrontar al mes. Por ejemplo, la temida vuelta al cole, que este año supondrá un 20 % más de gasto para las familias que en 2022. En ese encaje de bolillos que se convierte el nuevo curso tras las vacaciones, habría que dejar un espacio para el ahorro. Por muy poco que fuera. O para la inversión, si hablamos de economías solventes.

Y, ¿por qué empezar a planificar en septiembre el ahorro o la inversión? Por una razón sencilla. Las familias aprovechan el último trimestre del año para revisar su situación financiera y establecer unas metas de cara al año siguiente.

Al igual que haríamos con nuestros hijos, te damos cuatro consejos sencillos ahora que empieza el curso:

  1. Evalúa tu situación financiera. Cuantifica los gastos fijos que tienes a lo largo del año: hipoteca, seguros, cuota del colegio, comedor… Existen herramientas sencillas como Google Sheets (hay otras muchas) que te ayudarán a llevar una contabilidad doméstica.
  2. Establece unas metas reales de ahorro.
  3. Diversifica tus inversiones en el caso de que dispongas de un patrimonio solvente.
  4. Asesórate. Probablemente contratarás tus seguros a través de un mediador de seguros, como nosotras. Él o ella puede orientarte y aconsejarte porque también son expertos en ahorro e inversión.

A veces, una simple conversación telefónica o un par de emails cruzados para llegar al verano que viene con los deberos hechos. Que los buenos propósitos no se queden en el armario, como las zapatillas que nunca utilizamos para salir a correr.

¿Nos llamamos?

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