Osasuna: un sentimiento compartido por tres generaciones

Osasuna: un sentimiento compartido por tres generaciones

Y llegó el día. Con la emoción y nerviosismo en el cuerpo, partimos camino a Sevilla para ver a nuestro equipo del alma, Osasuna, ver jugar la final de la Copa del Rey contra el todopoderoso Real Madrid.

Un viaje cargado de emoción que lo vivimos tres generaciones de la familia: padre, hija y nieto.

La alegría nos invade todo el cuerpo. Qué ganas de vivir esta experiencia tan única e irrepetible. Con el corazón a 1.000 pulsaciones recorremos la Ruta de la Plata, imaginándonos qué haríamos si nuestro equipo ganara el partido y disfrutando en cada parada del viaje. Viendo a otros seguidores rojillos con la ilusión y alegría dibujada en sus rostros.

Y por fin llegamos a la capital andaluza. Dejamos las maletas en el hotel y nos dirigimos al centro de la capital a dar una vuelta. Una marea roja abarrota la ciudad: ¡parece San Fermín!

La emoción está a flor de piel y, más aún, cuando mucha gente reconoce a mi padre, Javier Castañeda, y le vitorean. Ver la emoción reflejada en su rostro no tiene precio.

Su nieto, mi hijo, le mira con orgullo cuando la gente le para y le alaba. Desde su inocencia de 8 años me mira y me pregunta: “¿mamá, algún día me dirán las cosas que le dicen al abuelo?”. Es tan fuerte la unión que se profesan abuelo-nieto que no puedo sentir más orgullo.

El día del partido el ambiente es impresionante: la ciudad está invadida por ambas aficiones.

Un escalofrío recorre mi cuerpo ansioso de que llegue la hora del partido.

Y llegamos al Estadio Olímpico de La Cartuja. Inmortalizamos el momento con varias fotos y, como de si un sueño se tratara, dejamos volar nuestra imaginación mientras miramos atónitos las gradas. Todos los aficionados van poco a poco ocupando su sitio. Es indescriptible lo que se siente.

El partido transcurre entre nervios, alegrías momentáneas y confidencias.

El resultado no es el deseado, pero todo lo vivido y compartido con mi padre y con mi hijo ha sido tan especial que la sonrisa y la emoción son nuestros compañeros de viaje de regreso a casa. Mientras llegue la posibilidad de un título, me quedo con esa experiencia. Sé que muchas familias, generaciones de osasunistas, vivieron esos días como yo.

* Natalia Castañeda es asesora comercial en Castañeda & Asociados.

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